El tratamiento del dolor articular en perros sigue siendo un reto clínico, especialmente en animales mayores o con patologías como la osteoartritis. Los condroprotectores orales han sido durante años la opción principal, pero no siempre son bien tolerados ni garantizan una administración constante. En este contexto, han surgido nuevas opciones terapéuticas basadas en la liberación transdérmica.
Algunos collares desarrollados para uso exclusivo veterinario están formulados con glucosamina, condroitina y MSM, ingredientes ampliamente conocidos por su efecto sobre la regeneración del cartílago y la mejora de la lubricación articular. Al integrar estos compuestos en una matriz polimérica, es posible garantizar una absorción progresiva y constante, sin los picos típicos de la vía oral.
El uso de este tipo de collares condroprotectores para perros, como los desarrollados por Kuivet, permite una acción continua durante 30 días, mejorando la movilidad y reduciendo el dolor de forma significativa. Su diseño ergonómico, resistente al agua y fácil de ajustar favorece su uso prolongado sin molestias para el animal. Esta alternativa resulta especialmente útil en tratamientos de mantenimiento o en pacientes geriátricos donde la constancia terapéutica es clave.
